4 de marzo de 2010
Los sismos no solo destruyen ciudades
Debería dejar de pensar que dormir poco es una virtud
Y que las cuentas vencidas se pagan retroactivamente,
como si esas significaciones fueran correspondidas
con los sms que se agrupan en la bandeja de entrada
O las fotos viejas,
que en esta casa guardan años de añejamiento y olvido.
Como si a alguien le importara el futuro
ahorcándose de un hilo,
los recuerdos dependiendo de un péndulo
Que puede caerme, digo, caerse
Cuando los besos empiecen a pedirse como una forma de evadir impuestos
Y las canciones de Sid Barret se escuchen como parte de la misa de los jueves
Y que sea verdad todas esas cosas que dicen de la iglesia como lugar sagrado frente al derrumbe
que se parece a cualquier declaración de amor correspondida,
en donde las 13 cuadras que nos separan cambien inversamente su proporción de escala.
En el momento en que las tarifas planas
estén en el súmum de las comunicaciones ideales
Se sentirá que no es importante
elegir entre cebolla acaramelada o cruda
si lloro en este recital o en el que viene
O ahora mismo,
Sola yo con mi insomnio
Que dejó de ser una virtud
Un sacudón escala 6.0 de ritcher
que nadie va a notar
Que no habrá revestimientos anti sismos
para saldar las grietas del desastre,
No me dejes nunca, leo
Sin saber si quiero llevarte o
tratar de dispararte
Sin saber si puedo hacer esto sola o
con vos.