Dick ya no vive aquí

textos que requieren subtítulos somos todos

13 de febrero de 2010

Opio en las Nubes



Buscando en la web algo que no viene al caso, termino escribiendo en este post algo que me dejo pensando sobre como convertir las adaptaciones literarias al cine. Es ahí donde me encuentro con la noticia de que la productora colombiana Caja Negra (realizadores de un corto que vi en el festival de San Luis El Silencio de la Luz, por cierto muy recomendable aunque no lo encontré como para subirlo ), están preparando una película basada en la novela del escritor colombiano Rafael Chaparro Madiedo, Opio en las Nubes.
Esta novela de una estructura fragmentada, llena de imperfecciones en el lenguaje pero con un alto nivel expresivo, me traslada a los pensamientos de ciertos personajes, como ser al amor idílico que siente Pink Tomate hacia su dueña, lo que significa el sentido de la dependencia, cuando los efectos carentes de la ausencia se reflejan en el miedo de ser olvidado por el otro. También hay otros que me algodonan, esa ingenuidad con la que vive Amarilla repleta de anotaciones curiosas con la fijación por los pequeños detalles que nunca nadie va recordar, esas impresiones me hacen sentir que está más viva que nunca.

Todo eso es para mi Opio en las nubes, una desdramatizacion del relato, eficaz y descontracturado sobre lo que es la vida en permanente ritmo en donde la música marca el tempo de lo que son los altibajos en las historias.
Tal vez una pequeña parte de cada uno de nosotros se encuentra en este libro, creo que los relatos traducen los pensamientos de un joven escritor que vive en un país como este en una determinada realidad. La identificación, te hace creer que estás loco pero con la suficiente cordura para disimularlo.

Les dejo aquí un fragmento del libro que me gusta mucho, y el link para al que le interesa lo descargue.


Amarilla no sé qué voy a hacer estoy verde y no me dejan salir, no puedo llorar, no puedo volver.


"Amarilla se montó en el bote. Ya estaba anocheciendo y en el fondo se veía la ciudad con todo su murmullo confuso de luces, ruidos y muertos que reían, cagaban, hablaban y fumaban. Desamarré el pequeño bote. Amarilla me mandó un beso y yo empujé el bote hacia el mar. Desde el bote Amarilla me hizo una señal, te vi perro, yo también te vi perra y entonces le tiré una botella y un paquete de cigarrillos y le grité oye nena sin ti no puedo obtener satisfacción y ella sólo movió los labios y me dijo te amo perro y yo le dije, claro yo también te amo perra. El bote se bamboleaba lentamente con las olas del mar. Al cabo de unos instantes la oscuridad se la había tragado."