Cuando decidí tener una productora supe desde un principio cuales eran las películas que quería hacer, a donde apuntaban y cual era mi lugar en ellas.
Ahora que todo esta en marcha, y las obligaciones me rebalsan, vuelvo nuevamente a preguntarme si sigo en esa línea, si esa son las historias que quiero contar o si mi negocio esta ahí. Después de vivir 2 años en Bs As estudiando en el "mejor lugar" para mi formación, me encuentro nuevamente con el mismo presentimiento que me perturbaba antes de irme, ¿Será verdad qué el negocio del cine es hacer buenas películas pequeñas desde el lugar que fuere?.
Creo que el Glosario de Rebella y Stoll, dos directores uruguayos, responde a todas mis preguntas en momentos donde la cólera corre por los ríos.
Aquí les dejo fragmentos de 25 watts, Whisky e Hiroshima, tres películas que hablan de los lugares más comunes a uno.
P.D: Cabe aclarar que Hiroshima es la última película que hizo Stoll y está dedicada a su compañero fallecido en el 2006.
GLOSARIO
Por Juan Pablo Rebella y Pablo Stoll
Amigos - La película se hizo entre amigos y para amigos. Nunca pensamos que la fueran a ver
personas que no fueran nuestros amigos. Pero cuando alguien la ve, digamos en los países
bálticos, y le gusta, bueno, nos hicimos un poco amigos, no?
Anécdota 1 - Una vez, en Francia, después de una función de la película se nos acercó un
pibe más o menos de la edad nuestra y nos dijo:”gracias por retratar los últimos 5 años de mi
vida”. Gracias a vos.
Canciones - Hay una canción de Lou Reed que cuenta como el rocanrol le salvó la vida a alguien, bueno, a mí me salvó la vida el cine. Me pasé buena parte de mi adolescencia mirando películas, muchas, película, películas malas en su mayoría. A los 15 años había agotado el stock de dos video clubes de mi barrio. Después empecé a ir a Cinemateca y a los 19 años veía 6 películas por semana. Podría mentir y decir que una película me cambió la vida pero no
fue así, en realidad todas la películas me cambiaron la vida, sobre todo las que todavía no vi y
las que todavía no se hicieron.
Carrera 1 - Es muy difícil pensar en términos de "carrera" viviendo en Uruguay. Todavía hoy es difícil explicar lo que hacemos a algunos tíos y tías que piensan que es un hobby y que algún día vamos a tener un trabajo serio. La idea, no es "hacer cine" sino hacer películas que nos guste ver. Pensándolo ahora, dedicarse al cine es una excelente forma de nunca crecer y que te paguen por jugar con tus amigos. El hecho de que cosas que uno piensa se materialicen, que personajes escritos de pronto tengan vida es muy, muy extraño.
Carrera 2 - Cuando estudiábamos Ciencias de la comunicación, a nuestros 20 años, el sólo hecho de pensar en hacer cine en Uruguay era una reverenda estupidez. Sin ir más lejos sólo sabíamos de la existencia de una única película uruguaya.
Hoy, que tenemos casi 30, las cosas están un poco más auspiciosas. Ya hay como una decena de películas uruguayas y una de ellas fue hecha por nosotros. Pero la crisis por la que pasa el país está matando cualquier esperanza de que exista gente viviendo de la industria del
largometraje.
En definitiva, si hicimos películas, fue por las simples ganas de hacer esas películas y no por hacer “carrera”. Yo soy un hijo único que pasó toda la infancia jugando sólo inventando personajes y conversaciones con sus playmobils y soldaditos de juguete, derivó en que, con mucha suerte y por un par de casualidades, años más tarde hiciera de guionista y director en
dos películas.
Cine Uruguayo 1 -Todavía no hay un número importante de películas hechas acá como para poder hablar de un "cine uruguayo". En todo caso es uruguayo simplemente porque se filma acá, con gente nacida acá (en casi todos los casos). No creo que los uruguayos le podamos brindar al séptimo arte nada nuevo u original. Creo que sólo podemos aspirar a nuestro derecho a equivocarnos.
Cine Uruguayo 2 - En los video clubes el cartelito que reza “Cine Uruguayo” está ubicado por encima de un estante que por lo general no reúne más de unos diez o quince títulos, muchos de ellos “rodados” en video y no en fílmico. Por eso creo que es muy arriesgado sacar
conclusiones a partir de lo que estas películas tengan o no en común.
En todo caso, hasta ahora, a mi me da la impresión que para la gente una película uruguaya es algo que, como mucho, puede aspirar a “estar bien hecha”, o despertar una simpatía o un cariño casi paternal, pero casi nunca a ser tomada en serio como una película. Como la de los otros estantes del video club.
Coincidencia - Faltaba una hora para que cerrara el plazo para presentar el guión al FONA y no teníamos nombre para la película. Mientras yo imprimía, Juan hizo una lista de 60 nombres.
Llegaron dos amigos, Federico Veiroj y Daniel Hendler. Después de un rato todos estuvimos de acuerdo en que el mejor nombre era 25 Watts, basado en una canción de Juan. 5 años después Daniel estaba en el set de la película era El Leche, Cote, sentado al lado de él es Gerardito. Coincidencia?
Curiosidad - El personaje del Rulo, es hincha de Peñarol. Lleva puesta una camiseta negra con el número 5 de la que salieron cuando Peñarol logró cinco años seguidos el campeonato.
El Rulo, en su dialogo dice que estuvo preso 5 años, o sea, que no vio nunca a Peñarol campeón. Ni Juan ni yo somos hinchas de Peñarol, por eso en la película los “malos”(El Rulo y Joselo), tienen camisetas de Peñarol.
Espectadores - La idea de hacer una película era hacer la película que nosotros, como espectadores quisiéramos ver. 42 mil y pico la vieron en Uruguay y a algunos, les gustó.
Por Juan Pablo Rebella y Pablo Stoll
Amigos - La película se hizo entre amigos y para amigos. Nunca pensamos que la fueran a ver
personas que no fueran nuestros amigos. Pero cuando alguien la ve, digamos en los países
bálticos, y le gusta, bueno, nos hicimos un poco amigos, no?
Anécdota 1 - Una vez, en Francia, después de una función de la película se nos acercó un
pibe más o menos de la edad nuestra y nos dijo:”gracias por retratar los últimos 5 años de mi
vida”. Gracias a vos.
Canciones - Hay una canción de Lou Reed que cuenta como el rocanrol le salvó la vida a alguien, bueno, a mí me salvó la vida el cine. Me pasé buena parte de mi adolescencia mirando películas, muchas, película, películas malas en su mayoría. A los 15 años había agotado el stock de dos video clubes de mi barrio. Después empecé a ir a Cinemateca y a los 19 años veía 6 películas por semana. Podría mentir y decir que una película me cambió la vida pero no
fue así, en realidad todas la películas me cambiaron la vida, sobre todo las que todavía no vi y
las que todavía no se hicieron.
Carrera 1 - Es muy difícil pensar en términos de "carrera" viviendo en Uruguay. Todavía hoy es difícil explicar lo que hacemos a algunos tíos y tías que piensan que es un hobby y que algún día vamos a tener un trabajo serio. La idea, no es "hacer cine" sino hacer películas que nos guste ver. Pensándolo ahora, dedicarse al cine es una excelente forma de nunca crecer y que te paguen por jugar con tus amigos. El hecho de que cosas que uno piensa se materialicen, que personajes escritos de pronto tengan vida es muy, muy extraño.
Carrera 2 - Cuando estudiábamos Ciencias de la comunicación, a nuestros 20 años, el sólo hecho de pensar en hacer cine en Uruguay era una reverenda estupidez. Sin ir más lejos sólo sabíamos de la existencia de una única película uruguaya.
Hoy, que tenemos casi 30, las cosas están un poco más auspiciosas. Ya hay como una decena de películas uruguayas y una de ellas fue hecha por nosotros. Pero la crisis por la que pasa el país está matando cualquier esperanza de que exista gente viviendo de la industria del
largometraje.
En definitiva, si hicimos películas, fue por las simples ganas de hacer esas películas y no por hacer “carrera”. Yo soy un hijo único que pasó toda la infancia jugando sólo inventando personajes y conversaciones con sus playmobils y soldaditos de juguete, derivó en que, con mucha suerte y por un par de casualidades, años más tarde hiciera de guionista y director en
dos películas.
Cine Uruguayo 1 -Todavía no hay un número importante de películas hechas acá como para poder hablar de un "cine uruguayo". En todo caso es uruguayo simplemente porque se filma acá, con gente nacida acá (en casi todos los casos). No creo que los uruguayos le podamos brindar al séptimo arte nada nuevo u original. Creo que sólo podemos aspirar a nuestro derecho a equivocarnos.
Cine Uruguayo 2 - En los video clubes el cartelito que reza “Cine Uruguayo” está ubicado por encima de un estante que por lo general no reúne más de unos diez o quince títulos, muchos de ellos “rodados” en video y no en fílmico. Por eso creo que es muy arriesgado sacar
conclusiones a partir de lo que estas películas tengan o no en común.
En todo caso, hasta ahora, a mi me da la impresión que para la gente una película uruguaya es algo que, como mucho, puede aspirar a “estar bien hecha”, o despertar una simpatía o un cariño casi paternal, pero casi nunca a ser tomada en serio como una película. Como la de los otros estantes del video club.
Coincidencia - Faltaba una hora para que cerrara el plazo para presentar el guión al FONA y no teníamos nombre para la película. Mientras yo imprimía, Juan hizo una lista de 60 nombres.
Llegaron dos amigos, Federico Veiroj y Daniel Hendler. Después de un rato todos estuvimos de acuerdo en que el mejor nombre era 25 Watts, basado en una canción de Juan. 5 años después Daniel estaba en el set de la película era El Leche, Cote, sentado al lado de él es Gerardito. Coincidencia?
Curiosidad - El personaje del Rulo, es hincha de Peñarol. Lleva puesta una camiseta negra con el número 5 de la que salieron cuando Peñarol logró cinco años seguidos el campeonato.
El Rulo, en su dialogo dice que estuvo preso 5 años, o sea, que no vio nunca a Peñarol campeón. Ni Juan ni yo somos hinchas de Peñarol, por eso en la película los “malos”(El Rulo y Joselo), tienen camisetas de Peñarol.
Espectadores - La idea de hacer una película era hacer la película que nosotros, como espectadores quisiéramos ver. 42 mil y pico la vieron en Uruguay y a algunos, les gustó.
Espectadores 2 -Cada vez que estuvimos presentes en una función, vimos al menos una persona (pero a veces decenas) que se levantaba y abandonaba la sala en la mitad de la película con cara de aburrimiento o de enojo. Y también casi todas las veces al final de la función se acercó alguien con una sonrisa muy grande a decirnos lo mucho que le había gustado y porqué. Y muchas de esas veces sentimos que lo que le gustaba a esa persona era lo mismo por lo que nos gustaba a nosotros cuando la hicimos.
Festivales 1 - Nos sorprendió mucho que nos seleccionaran para tantos festivales pero somos concientes de que somos un producto exótico y eso siempre ayuda. Igual, si hubiéramos hecho
una película más pintoresca, más parecida a lo que el mundo piensa que es América Latina, tal vez nos habrían seleccionado de más lugares.
Festivales 2 - Hasta llegar a Rotterdam (primer festival al que fuimos) no entendíamos del todo
qué era un festival. Por lo menos yo no entendía casi nada. Me acuerdo que en un momento se nos acercó el director argentino Pablo Trapero (a quien yo admiraba mucho) y nos contó que nos íbamos a pasar el año viajando por festivales. Yo pensé que era un chiste. Sentía que era todo un malentendido. Que de repente alguien nos iba a decir que había habido un error y que se habían pensado que nuestra película era otra y nos iban a echar.
Nombres - Antes 25 Watts, se llamó Stooges. Era por la banda que tenía Iggy Pop, los personajes escuchaban un disco de los Stooges y además los tres personajes eran como los 3 Stooges. Después 25 Watts se llamó durante un tiempo, Maldición Ultratón. Ultratón era un
robot que buchoneaba a los niños en un programa de tele de cuando nosotros éramos niños.
25 Watts, por suerte no se llamó nunca Envases vacíos, uno de los 60 nombres que había en la lista.
Números - Empezamos a escribir 25 watts a los 20 años, la filmamos a los 25 y se estrenó cuando teníamos 26. 15 mil dólares fue lo que ganamos del fondo capital. Conseguimos 10 mil más, o sea que el presupuesto de rodaje de 25 Watts, fue 25 mil dólares.
Premios - El primer premio que ganamos fue el segundo premio compartido del concurso de
guiones del INA, ganamos 200 dólares. Después vino el Fondo Capital(de la municipalidad de
Montevideo) y después Rotterdam y todo eso. El último premio que ganamos fue en el festival
de Cuenca, en Ecuador a fines del 2002. En total fueron 11.
Punk - Una vez vi un cartel que tenía garabateados tres acordes musicales sobre una especie
de guitarra. Abajo ponía: “Acá tenés tres acordes, ahora formá una banda”. Un tiempo después leí una frase que le atribuían a Jim Jarmusch después de “Stranger than paradise” en la que
decía que como no sabía filmar había filmado como sabía.
Nosotros tampoco sabíamos filmar (de hecho todavía no sabemos nada) pero nos gustaban las películas de Jarmusch y las de Perrone y las de Aki Kaurismäki. Teníamos una historia, amigos
y un premio. Era mucho más que tres acordes, algo así como: “Acá tenés una historia, ahora filmá una película”.
Vs. - El guión, un poco inconscientemente y otro no tanto, era una especie de declaración de
principios acerca de qué nos gustaba ver como espectadores de cine. Pero sobre todo que NO
nos gustaba ver, sobre nosotros mismos y la parte del mundo que nos rodeaba. En ese momento, para nosotros, el cine latinoamericano (y el uruguayo en particular) en su enorme mayoría era sinónimo de cosas pretenciosas, previsibles, panfletarias y de las que sólo nos
salía burlarnos. 25 Watts se hizo un poco en contra de lo que existía y lo mejor que podría pasarnos es que alguien (uno de los que se levantó del cine) haga una película en contra de 25 Watts y muestre su visión de las cosas. Eso sería lo mejor que puede hacer 25 Watts por el cine uruguayo.